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El periódico Jornada Comunista como fuente complementaria para el estudio de la historia del Fütawillimapu

Por Manuel Lagos Mieres. Licenciado en Educación, Profesor de Historia y Geografía y Educación Cívica por la UMCE (2003); Magíster en Historia de Chile por la Universidad de Santiago (2010); historiador independiente autor de diversos libros relacionados con la cultura anarquista en Chile, el movimiento obrero y campesino local.

El periódico “Jornada Comunista” comenzó a aparecer en la ciudad de Valdivia en noviembre de 1922 como órgano oficial de la sección local del Partido Comunista de Chile. En su primera época —hasta diciembre de 1926— alcanzó 195 ediciones, a las que sumaron otras 29 en su segunda y tercera época entre agosto de 1931 y febrero de 1933.

Se trata de una fuente impresa indispensable para el estudio de los sectores subalternos no sólo de la ciudad de Valdivia, sino para el Fütawillimapu en su conjunto. Desde sus primeros números, este órgano realizó una prolífica campaña a favor de los obreros, campesinos y mapuche, dando cuenta de abusos de todo tipo, injusticias y corrupción de las autoridades. Por ello, de acuerdo al acostumbrado reaccionarismo de la zona, el periódico y su director, Luis A. Hernández Méndez (Concepción, 1896-1967), fueron el principal blanco de los ataques de los capitalistas e instituciones locales. De este modo, ya en enero de 1923, el órgano en cuestión recibió los ataques del industrial Otto Hoffmann, quien se querelló en su contra por supuestas “injurias y calumnias” aparecidas en sus páginas. Después de un proceso largo y lleno de irregularidades, su director, Hernández, fue encarcelado varios meses.

Más interesante aún resultan las continuas denuncias de usurpación de tierras y abusos contra los Williche y campesinos por parte de los colonos. Hacia 1923 “Jornada Comunista”, daba a conocer los artilugios e irregularidades ocurridos en el despojo de las tierras Williche de Cotreumo —Río Bueno— por parte de Santiago Hott Appel (1880-1959)1 . Según informaciones aparecidas en este periódico, el gobernador Pedro Ruiz Manríquez habría recibido una portentosa coima de parte de Hott para que éste, sin notificación alguna, autorizara el despojo de las tierras de los Williche Carmen Huentequeo v. de Carrasco, Andrés Aucal y Pedro Lloncoman2 . Así sucedió —según nota preparada por miembros de la FOCH (Federación Obrera de Chile)— , que el 22 de noviembre de 1923, el aludido Hott, capitaneando a más de 50 hombres entre carabineros y bandidos, todos armados de carabinas, garrotes y hachas, llegaron a casa de la Huentequeo, y sin previa notificación o presentación de orden judicial, el colono mandó a destruir la casa de esta mujer dejando a toda su familia a la intemperie, sin lugar donde poder pasar  la noche y ampararse de las inclemencias del tiempo3 . En virtud de esta denuncia, miembros del Sindicato de Río Bueno de la FOCH y el Presidente de la Federación Araucana —Manuel Aburto Panguilef—, emprendieron luego la defensa del predio y su posterior recuperación.

En el mismo periódico también podemos encontrar otros tantos episodios de despojos de tierras, con detalles de información que no aparecen en otras fuentes impresas. En este contexto tenemos los llamados “despojos en Chanchan”4 , “Los Sucesos de Riñinahue” en junio de 19265  y un mes más tarde, los “Sucesos de Panqueco”6 . Del mismo modo, este medio de prensa constituye una fuente imprescindible para conocer en profundidad el trabajo de acercamiento de los federados comunistas hacia distintas comunidades, visibilizando a sus protagonistas, tales como Pedro Ranque, Pedro Cossio Pañicu, Tibursio 2º Calupan o María Cheuque7 , entre otros, permitiendo entender las características de este encuentro y complicidad entre un proyecto político de dimensiones ilustradas y la cultura mapuche y su resistencia.

En estas pocas líneas he querido destacar este periódico como fuente fundamental para el estudio de los sectores subalternos, y especialmente, de la resistencia Williche. Junto con ello, no puedo dejar de señalar lo provechoso que sería digitalizar este órgano y ponerlo a disposición de las y los habitantes locales interesados en el tema. Sus informaciones pueden agilizar el trabajo de la memoria, en la medida que visibiliza a los protagonistas y se nutre de sus relatos. Muchos de estos actores dejaron descendientes, coincidiendo en ocasiones sus testimonios con la información impresa8 .

 


1. Jornada Comunista, 21 de junio de 1923.

2. Ibid.

3. Ibid.

4.  “Gravísimos sucesos de Chanchan”, “Los sucesos de Chanchan”, Jornada Comunista, 28 y 29 de agosto de 1926. La prensa local tampoco daba a conocer el caso; en el caso del diario La Prensa de Osorno, su empleado Miranda tenía compromisos con dicha sucesión.

5. “Los sangrientos sucesos de Riñinahue el jueves pasado”, Jornada Comunista, 23 de junio de 1926.

6.  Jornada Comunista, 4 de agosto de 1926.

7. “La Unión gira de propaganda”, Jornada Comunista, 23 de noviembre de 1924.

8. Sin ir más lejos, no hace mucho, en una presentación de mi libro “Los comunistas en tierras australes” en Panguipulli, tuve la grata asistencia de uno de los descendientes de Pedro Cossio Pañicu, quien me entregó un interesante testimonio. Ello sugiere entonces que el ejercicio no es del todo infructuoso.

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